sábado, 3 de octubre de 2009

ROJO PASIÓN

Barcelona, cinco de la mañana.
Salgo de la disco con mis amigas. Todas arregladas y con la minifalda vamos por la calle como princesitas. Los chicos nos chiflan y nos tiran piropos; nosotras, que vamos un poco bebidas, nos reímos y los provocamos. Sin chaqueta, con un bolso muy pequeño que no sabes ni por dónde cogerlo y con los tacones de 9 cm nos caemos, no sabemos ni a dónde vamos, qué hemos bebido ni porqué estamos todas con ganas de ir al WC.
Cada vez nos alejamos más de la discoteca y llega el momento en el que cada una se va a su casa. Por mala suerte me tengo que ir sola. Mi casa está lejos, pero sé un camino para ir más rápido. Tengo que pasar por medio de una colina pequeña que hay al lado de mi casa y poco más. Me conecto los auriculares y la música a tope, los labios de color rojo pasión, la melena bien suelta e intento caminar recto. Al pasar por medio de la colina los tacones se me hunden entre la arena y las hierbas se me enredan por el pelo, pero sigo para llegar pronto a mi casa.
Quince metros más hacia adelante no hay luz. Los vecinos se han quejado pero todavía no han venido a arreglarlo…yo sigo andando.
De repente, me golpean la cabeza y me desplomo en el suelo como una hoja cae del árbol. No pierdo el conocimiento pero me tapan la boca con un trapo bien fuerte para que no pueda gritar, las manos bien cogidas y el hombre se me pone encima. Me muevo con destreza para intentar soltarme, pero pesa demasiado, intento gritar pero, a la mínima me tapa la boca. Me habla. Reconozco su voz, no lo veo por la oscuridad, pero es él, es mi ex novio. Me dice que esto que me va hacer es su venganza de odio porque le dejé, y así me acordaré de él.
Me coge, me toca, me besa, me desnuda. Intento con toda mi fuerza quitarme ese bicho raro de encima de mí pero no puedo, estoy demasiado cansada.
Me duele, me pongo roja e histérica; no puedo soportar que mi ex novio me viole. Me pongo furiosa, y él lo nota, así que me da con un tronco en la cabeza, y hasta aquí recuerdo del hecho.
Cuando consigo despertarme, ya son las nueve de la mañana y estoy tirada en medio de la colina, con la ropa rota, muerta de frío, y con un dolor profundo que me impide levantarme.
Ando sin zapatos, al fin llego a mi casa. Mi madre está preocupada y mi novio actual ha venido preguntando por mí. Me preguntan donde he estado, tengo miedo de contarlo y digo que he estado en la disco y en casa de una amiga. Me piden que me duche y así se me pasará el frío, pero yo no puedo dejar de pensar en lo que me ha hecho. Tengo un dolor interior que no se cómo sacarlo, una rabia hacia él que me hace pensar en matarlo, pero no puedo, tengo una familia y no voy a demostrarles lo mala que puedo llegar a ser; así que me resignaré, aguantaré y con la ayuda de mis próximos denunciaremos a ese “tío” para que sufra como yo he sufrido esta noche.
Pero… ¿cómo se lo digo a mamá? Le digo: “mira mamá es que esta noche de verdad no he ido a casa de una amiga, sino que volvía para casa cuando me encontré con mi ex novio y de repente...” o mejor le digo: “tengo que hablar contigo, mi ex novio me ha golpeado, tocado y violado esta noche”. No sé… es duro de las dos maneras, pero se lo tengo que decir, es mi madre, ella me ayudará, me aconsejará y seguro que me apoya.
¡Ya se lo he dicho! ¡Qué marrón me he quitado de encima…! Tenía razón, me ha comprendido y dice que hoy mismo iremos a denunciarlo, pero que primero vamos a ir al hospital a hacer una buena revisión de todo.
Llega la noche y no me puedo dormir, las imágenes rondan por mi cabeza y se hacen grandes, es como una sopa con tropezones, que se hinchan y cada vez ocupan más parte del plato.
Los días son largos, las noches eternas. Las chicas recuerdan ese día genial, pero yo bajo la cabeza y les “sigo el rollo”. No quiero entrar en detalles.

Han pasado ya tres días desde lo sucedido, llama la policía. Han detenido “infraganti” a Juan, mi ex novio, en su casa, cuando intentaba planear un segundo plan de ataque.
Ahora, por fin, viviré un poco más tranquila y segura. Aunque una cosa así se recuerda para toda la vida.

“Y el rojo pasión difícil borrar de sus labios…”

No hay comentarios:

Publicar un comentario